Desde luego no pretendo ser la primera en resaltar la importancia de la calma, la tranquilidad y la paciencia a la hora de criar y educar a nuestros niños (y en la vida, en general), pero nunca viene mal recordarlo, para tenerlo bien presente.
Todo esto viene porque me ha pasado una cosa muy ilustrativa con mi pequeñín (tiene 14 meses), le asusta la ducha, cuando se baña con su hermano y cojo el "teléfono" para lavarle el pelo, le entra el histerismo, se pone de pie para huir de la bañera, yo tengo miedo de que se resbale y lo vuelvo a sentar, él llora, el hermano grita y todo es un desastre...