Hablando con un compañero,
reciente papá, de las cosas que “tienen” que hacer en su nueva faceta, comentábamos
que tenían que seguir su instinto con su bebé y, sobre todo, hacer las cosas
que a ellos les apetezca hacer.
Ser padres implica un montón de
renuncias, a nuestra “libertad”, a nuestro “espacio”, a nuestro “tiempo”, pero
todas estas cosas las hacemos porque queremos, porque nos gusta ser padres (al
menos la mayoría del tiempo, jeje…) queremos compartir esa libertad, ese
espacio y ese tiempo con nuestros niños.
A qué me refiero con hacer lo que
nos apetezca: que por ser padres o por el qué dirán (más extendido de lo que yo
creía) no tenemos por qué cambiar nuestra forma de ser, al menos excesivamente,
porque seguro que algo cambiamos.
Por dar algunos ejemplos, la
lactancia o el colecho, parece que “todo el mundo” habla de los beneficios de
estas dos prácticas, pues bien, dejando a un lado las evidencias de sus
beneficios, tampoco debemos olvidar los problemas que pueden venir como
consecuencia de hacer las cosas “a disgusto”: si unos padres se “ven obligados” a dormir con
su niño a pesar de no estar cómodos o una madre
a dar el pecho, pasaremos de tener una experiencia bonita, satisfactoria,
enriquecedora y positiva a una especie
de “tortura” de la que hay bastantes posibilidades que pasemos a culpar al
niño, con lo que nuestra relación con él se va a empañar con una “culpa”
innecesaria.
Con esto quiero decir que no hay
que “forzar” las cosas, deberíamos intentar ser lo más naturales que podamos;
en mi humilde opinión la paternidad/maternidad es algo que tenemos que
disfrutar intensamente, porque los nervios, la inseguridad, los miedos… están
asegurados (salvo contadísimos casos de padres hiper-relajados, sólo conozco
uno o dos…) así que habrá que saborear todas las risas, los descubrimientos,
los abrazos, toda la maravilla de COMPARTIR con nuestros hijos.
No sé qué os parece a vosotros.
Podéis comentar… ;-)
Completamente de acuerdo Ana, debemos de ser nosotros mismos con nuestros hijos, sin agobios. Seguir nuestra intuición a la hora de tomar decisiones, porque si hacemos las cosas presionados al final no disfrutamos de ellos.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Luisa.
ResponderEliminarA veces parece que estamos tan preocupados por "hacerlo bien" que se nos olvida lo fundamental.
Un abrazo ;-)